Quien más y
quien menos sabe que la vida se complica con el tarareo alterno de quien se
esconde tras el consuelo incrédulo de un coloquio…
Quiero
beber vino ahora; quiero echarte a patadas de mi sendero.
Mientras
más de cerca te veo, más de lejos te retrato.
Cuando por
fin miro de lejos y así te veo; voy a echarte a patadas de mi sendero.
Todavía
queda vino en la copa; todavía no me percato.
Tan pronto
pasa por mí la copa y el vino, vuelvo a estirar el zapato.
Cuando se
acaba el vino todo se va a la mierda.
Más bien, tú
te vas a la mierda cuando termino mi copa.
No terminé
mi copa, pero tú la viraste a empujones.
Así que a
patadas ahora tú te vas a la mierda.
Nunca
pienses que escribo de ti;
Sólo si de
pendejo el sombrero quedó para ti.