martes, 15 de junio de 2010

Reglamentación vs Legislación


Recientemente en la Cámara de Representantes se radicó un proyecto de ley para imponer el voto secreto en todos los organismos decisionales de la UPR, entiéndase Junta Administrativa, Senados Académicos, Consejos de Estudiantes y Asambleas Estudiantiles.

La controversia tras el derecho al voto secreto no es de ninguna manera un asunto nuevo. Por años estudiantes lo han reclamado, han elaborado propuestas que han sido discutidas en los distintos consejos de estudiantes. Sin embargo, debo aclarar que esta controversia surge debido a la mala información y al desconocimiento de los procesos parlamentarios que rigen todas las reuniones de los senados académicos, las juntas administrativas, los consejos de estudiantes y hasta las asambleas generales de estudiantes.

El voto secreto ya existe. Es un derecho que está reconocido bajo las reglas de procedimiento parlamentario de Roberts, manual que es reconocido por el reglamento general de la UPR. Para que un voto secreto se lleve a cabo, ya sea en el senado académico, en la junta administrativa, en el consejo de estudiantes o en las asambleas estudiantiles, éste simplemente debe ser presentado como moción y aprobado por mayoría simple. Una vez el pleno decide que desea efectuar un voto secreto no hay ningún impedimento para que la votación sea secreta. En este sentido el debate no debe ser en torno al derecho al voto secreto, ya que el mismo ya existe, sino a como éste debe ser implementado. Desde mi punto de vista solo hay dos maneras en las cuales se puede ejecutar un voto secreto, mediante urnas o mediante voto electrónico.

No tengo ningún problema con el voto por urnas. Este tipo de votación es simple y eficiente. La única desventaja que tiene es que es menos accesible y que toma mucho tiempo contabilizar los votos. En cuanto al voto electrónico es que tengo serias reservas. En primer lugar la mayoría de las propuestas de voto electrónico ponen el sistema bajo los mecanismos de la administración. Es decir, que quienes van a estar encargados de contabilizar los resultados son los administradores de la universidad. Esto se puede prestar para que haya intervenciones indebidas. Las decisiones de las asambleas estudiantiles siempre deben estar en las manos de los estudiantes, no de administradores a sueldo. El otro problema que presenta la votación electrónica es que abre la ventana para que estudiantes que no han participado ni escuchado el debate puedan votar y decidir sobre algún asunto que desconocen.

Este proyecto de ley surge como una reacción a los procesos democráticos que han llevado a la UPR a estar más de 50 días en huelga, procesos que incluso han incluido en su toma de decisiones el voto secreto. En Mayagüez, el CGE celebró un referéndum, mediante voto en urnas para decidir si el estudiantado apoyaría o no unirse a la huelga.

Este proyecto de ley atropella todos los reglamentos de los cuerpos que pretende alterar. Intenta crear soluciones a problemas que no existen. Tanto en los senados académicos, como en las juntas administrativas y en los consejos de estudiantes se llevan a cabo votaciones secretas en casi todas las reuniones. Para eso existen los reglamentos y el procedimiento parlamentario. No es deber de la legislatura de Puerto Rico cambiar los reglamentos internos de los cuerpos representativos de la universidad. Este proyecto de ley es una intromisión externa a la universidad.

Debo recordarles que en varias ocasiones las asambleas estudiantiles, las asambleas claustrales y las asambleas de otros sectores universitarios han expresado su preocupación sobre intentos de reforma universitaria que no sean producto de reclamos ni debates universitarios. La reforma universitaria, que es muy necesaria, tiene que surgir en el seno de la universidad, no en la oficina de algún legislador.


domingo, 6 de junio de 2010

¿Ecuanimidad?

El conflicto entre Israel y Palestina ha pasado de una lucha territorial entre culturas opuestas a ser un conflicto humanitario con ramificaciones internacionales. Es conocimiento de la comunidad internacional, y así lo ha expresado las Naciones Unidas en varias ocasiones, que en Gaza (ciudad fronteriza entre Israel y Palestina) se vive una crisis humanitaria provocada por el bloqueo que ha impuesto Israel ante Gaza donde no permite la entrada ni siquiera de artículos de primera necesidad. Según informa la BBC más del 80% de los palestinos que viven en Gaza se encuentran en condiciones de pobreza extrema, lo que quiere decir que cada individuo cuenta con menos $1.25 diario para atender sus necesidades básicas para vivir como alimentación, agua potable, techo, sanidad y servicio de salud.

La situación actual en Gaza es realmente una crisis que no puede ser completamente atendida por la misión humanitaria desplegada por las Naciones Unidas en la región. Es por esto que miembros de la comunidad internacional han decidido prestar ayuda adicional. Con ese objetivo Turquía envió una flota de barcos repletos de ayuda humanitaria. Esta flota se proponía cruzar el injusto y antihumanitario bloqueo impuesto por Israel. Al percatarse con la situación, Israel interviene contra la flota humanitaria. Las fuerzas armadas de Israel abordaron el más grande de los barcos de manera violenta lo que provocó resistencia departe de algunos de los más de 500 tripulantes. El enfrentamiento tomo la vida de 9 personas, todos provenientes de Turquía. El barco fue ocupado a más de 40 millas de la costa de Israel lo que ubica el incidente en aguas internacionales según lo establece la Convención de las Naciones Unidas Sobre el Derecho del Mar de 1982. La flota entera fue detenida por las autoridades israelís y los tripulantes fueron deportados de vuelta a sus respectivas naciones.

Ante este incidente gran parte de la comunidad internacional se mostró sumamente indignada. Países como Argentina, Chile, Venezuela, Brasil y México no tardaron en condenar el ataque perpetuado por Israel ante la flota de ayuda humanitaria. La Unión Europea también condenó el ataque señalando que condena el uso de la violencia en contra de misiones humanitarias. Las relaciones diplomáticas entre la Unión Europea e Israel actualmente están congeladas debido al ataque israelí. Asimismo alrededor del mundo hubo cientos de marchas, protestas y manifestaciones repudiando las acciones de Israel.

El consenso internacional evidentemente condena el ataque donde Israel claramente violó una gran cantidad de leyes del derecho internacional. Sin embargo ante este panorama la reacción de Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, fue catalogar el incidente como uno lamentable y llamar a una investigación de los hechos para esclarecer la situación. Los Estados Unidos ni tan siquiera han catalogado las acciones de Israel como equivocadas ni desmedidas, simplemente se han limitado a pedir una investigación. ¿Cómo es posible que la nación que se canta defensora de los derechos humanos tome tan simple postura en tan controversial asunto? La respuesta es simple, los intereses políticos pesan más que los intereses humanitarios.

Luego del ataque Turquía ordenó inmediatamente la retirada de su embajada en Israel cortando de hecho las relaciones diplomáticas entre ambas naciones y pidió una sesión extraordinaria de emergencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Dicho cuerpo se reunió de inmediato. Luego de más de doce horas de reunión se aprobó una resolución, cuyo lenguaje fue apaciguado por los Estados Unidos quien es miembro permanente con poder de veto en el Consejo de Seguridad, donde se “condena los actos que dieron lugar a la pérdida de civiles y muchos heridos y expresa sus condolencias a sus familias” sin condenar a Israel. También hace una petición para que se lleve a cabo una investigación internacional imparcial y sugiere una comisión liderada por el ex primer ministro de Nueva Zelanda Geoffrey Palmer y con representación de Estados Unidos, Israel y Turquía.

Sin embargo hoy Israel anuncia que rechaza la petición del Consejo de Seguridad. El embajador de Israel ante los Estados Unidos ofreció las siguientes palabras: “Rechazamos la comisión internacional. Estamos discutiendo con el gobierno de Barack Obama la forma en que la investigación tendrá lugar”.

No es concebible que los Estados Unidos aprueben una medida en el Consejo de Seguridad y luego actúe en su contra. La investigación no puede ser encabezada por Estados Unidos e Israel, porque ya todos sabemos cuál va a ser el resultado de la misma. En estos momentos es menester que la comunidad internacional presione a Israel y por consiguiente a Estados Unidos para que se respete la determinación del Consejo de Seguridad. La investigación debe ser una rápida, imparcial y transparente, y de ser encontrado algún tipo de violación al derecho internacional, la comunidad internacional se tiene que asegurar que Israel pague por los mismos. Ya es hora de dejar de tirarle la toalla al pueblo judío por sus penas históricas. Los judíos se han convertido en autores de sus propias críticas al colocar a un pueblo en una situación de miseria por diferencias culturales.

Luego de que se investigue el incidente el Consejo de Seguridad se debe reunir nuevamente para discutir la posibilidad de poner sanciones a Israel. Si Cuba, Irán o Corea del Norte hubiesen cometido actos similares a estos ya se estaría preparando algún tipo de intervención militar contra ellos. Es hora de eliminar las dobles varas. ¡ISRAEL TIENE QUE SER SANCIONADO!