Mañana
será el día de la recolección final de los destinos encubiertos. Aquellos que
tanto han rodado por la inconciencia del incompareciente. La charca que
deslumbra el pantano mugriento que llevo por recuerdo. No fuiste tú de garante,
fui yo de desaliñado. Tanto aprendió el sabio de su necedad como dejó de
interpelar el necio por futilidad. No me entiendo cuando pienso ni me siento
cuando no. La razón no es lógica sino impulso incongruente que nunca pernocta
en lo ideal. Se aloja, más bien, en ensueño.
domingo, 23 de marzo de 2014
sábado, 8 de marzo de 2014
Rabia
He
decidido tener maldad en el corazón. No como reflejo desleal a la vida, sino
como afrenta a la bondad. Me enerva la inquietud del aguardo.
Solo vive armado de sutileza quien nunca ha
pavimentado una senda hacia el tártaro griego.
Juro
desde mi entraña más furtiva que, aunque padezca de anemia moral, solo me verás
estoico tras la muerte. Incluso entonces, pensaré dos veces antes de darte el goce
de la indiferencia.
Tengo
coraje y no es de valentía.
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